"La tara del daltonismo óptico que padezco quizás incluye daltonismo moral, ceguera para matices emocionales tan básicos como el verde y el rojo en la escala cromática"
Antonio Escohotado

viernes, 29 de junio de 2007

La SGAE quiere cerrar mi blog

Si, si, la SGAE quiere cerrà mi blog. Y er tuyo. O tu web. Veamos.
Pa que te hagas una idea incluyo un texto que me encontre en la pagina de G.A.S.,
www.redasociativa.org/gas, extraio de la wè http://www.alasbarricadas.org/. Asi que no è un texto originà mio, pero debia la importancia del'asunto he considerao oportuno incluirlo.
Espero que lo difundas al'iguà que yo he hecho. Por la libertà de expresion!!Caraho!!!
Gracias, besos y abrazos
Fdo:Er que lleva to esto.
PD: En Italia, mu bien, aunque er teclao no me deje escribì como me gusta, jejeje.


Imagina lo siguiente:
1. Usando un pseudónimo, Ramón publica un comentario ofensivo sobre sí mismo en tu blog.

2. A continuación Ramón te demanda por violación de su derecho al honor.

3. Un juez que no conoce ni entiende Internet te condena a pagarle 1 millón de pesetas a Ramón, a pesar de que tú te apresuraste a borrar el comentario en cuestión.

4. Ramón repite el proceso con el siguiente blog, hasta conseguir acabar con toda la blogosfera.

¿Qué te parece? ¿Maquiavélico? ¿Escalofriante? Pues ese es el futuro que nos puede aguardar a los bloggers si Ramoncín/SGAE ganan la demanda que han interpuesto a la página alasbarricadas.org.

Primero lo intentaron colando el artículo 17bis en la Ley de Impulso de la Sociedad de la Información. Ahora quieren sentar precedentes en los que los administradores de las webs sean responsables de los comentarios de los visitantes.

Si queremos conservar la libertad de expresión en Internet, el momento de reaccionar es ahora:
• Usa tu blog para dar a conocer el problema.
• Contribuye a los gastos legales de alasbarricadas.org. Ingresa unos euros en la cuenta de la Asociació per la Comunicació Horitzontal (Caixa de Terrassa: 2074 0069 11 3180125057)
• Contraataca: recuérdale a todo el mundo que la LPI reconoce el derecho a copia privada, por lo que descargar música y películas de Internet es legal.
• Apoya a los grupos que hacen música libre, y no compres discos ni acudas a conciertos de grupos de la SGAE.
• Usa tu imaginación, seguro que se te ocurren muchas más ideas.

Texto de la demanda
Blog SGAEvsALB

alasbarricadas.org

miércoles, 20 de junio de 2007

El Viaje de Momo ( y II )


9, nueve, colegios visitados. 27, veintisiete, representaciones... Y... ¿siempre lo mismo, siempre lo mismo? Pues no, no siempre fue lo mismo. Aunque el guión se mantuvo más o menos inalterado, hubo algún que otro cambio y, además, los diálogos se fueron adaptando según edades y según el efecto que iban causando. La verdad es que por esa parte escapamos del mundo de la rutina que tanto disgusto dio a Momo. Y creo que ése ha sido uno de los éxitos del teatro. Al tener que enfrentarnos en cada colegio a tres grupos con necesidades distintas (más o menos de 4 a 7 años, de 8 a 12 y de 13 a 16) consideramos que debíamos adaptar los contenidos a cada grupo. El de lxs peques era un espectáculo más circense: malabarístico y visual. Los mensajes los lanzábamos de una forma más directa y repetiva, con el fin de no confundir ni aturdir, ya que, al ser tan pequeños, se hacía difícil, e incluso pesado para nosotros, el hacer entender algunas de las ideas que presentábamos a personillas tan diminutas. Con "los de enmedio", de 8 a 12 años, el espectáculo era... como debía de ser. Es decir, de forma natural esta obra se adaptaba a sus necesidades y sus ánimos. Esta edad hace que tengan una buena predisposición al juego, como lxs menores, pero también les permite seguir un argumento, casi mejor que lxs mayores (que están más con las cosillas de la adolescencia). El espectáculo se hacía extra. Alargábamos las rutinas malabarísticas y exagerábamos las partes cómicas. Y funcionaba bien. Nuestra mezcla de argumentos y malabares, de mensaje y payasismo, de educación y circo, conseguía que esxs, en otros círculos y para otro tipo de educadores, queridxs demonixs, se metieran en la historia y la siguieran hasta el final, participando activamente y divirtiéndose... casi tanto como nosotros. El último grupo, por edad y porque casi siempre eran lxs últimxs en ver la actuación, es el de lxs niñxs grandes o preadolescentes. Este caso lo hemos abordado como un reto para nuestro guión, ya que en estas edades se cuestionan todo, o ya están empezando a hacerlo, y pudimos comprobar que la estructura funcionaba, las escenas resultaban y los diálogos, con un poquito más de punta y de picante, gustaban. Un poco más de punta en las críticas... en los comentarios... para darle más calado, más denuncia... Un poco más de picante sobretodo entre Nina y el público... al típico graciosillo que decía: "¡Vaya mariquita!" o "¡Mira, un hombre vestío de mujer!" (hay que recordar que Nina era una niña y lo interpretaba yo, un niño en cuerpo de hombre)... pues al típico yo le iba y me sentaba al lado o le proponía quedar para después dar un paseo por el pueblo... una forma de acallar comentarios jocosos que interrumpieran la representación y a la vez una forma de crear una situación divertida jugando con un elemento, el de la sexualidad, que en esas edades aparece con mucha fuerza. En definitiva, la adaptación de mensajes, estilo de representación y situaciones a las características de cada grupo de edad ha sido uno de los grandes aciertos del Viaje de Momo. Acierto, éste, que no por aparecer en todos los libros como algo estrictamente necesario deja de llenarme de satisfacción (parafraseando al Gandul), ya que el ponerlo en práctica es la parte más dura de todo eso, y creo que lo hemos conseguido. Ya lo decía Momo: "Teoría, teoría y más teoría... pero... ¿practicar qué?".
Pues practicar es... el punto desde donde debe nacer y al que debe llegar toda teoría. La teoría sin práctica no es nada. Esta era una de las ideas fundamentales que proyectábamos sobre lxs chavalxs y... ¡¡sobre lxs profesorxs!! Para nosotros, ellxs eran una parte casi tan importante como lxs niñxs. Ellxs son sus educadorxs y ellxs son con quienes están día a día. Así que no podíamos dejarlos al margen. Y no lo hicimos. La escena del Mundo de la Teoría se centraba en la problemática pedagógica "niño inquieto-gran sabio". Para el niño inquieto la clase es aburrida y lenta, mejor hacer algo más. Para el gran sabio lxs alumnxs son demasiado inquietos... así que mejor centrarse en la teoría... y el que no se entere, que no hable por lo menos. Muchas veces cuando empezábamos con la escena algunxs profesorxs, que ya se habían sobresaltado cuando habíamos criticado el Mundo de la Rutina (mundo laboral), empezaban a poner caras, a juntar las cejas y a mirarnos de laíllo... ¡Peor para ellxs! Eso les delataba... cuando se daban cuenta de que no mandabamos un mensaje anti-profe, si no que mandábamos un mensaje anti-profe... peñazo, anti-pseudo gran sabio del carajo que lo único que sabe es dar su lección,
imponer su autoridad si hace falta, y olvidarse de lo más importante... lxs alumnxs. A decir verdad creo que, una vez vista toda la obra, la gran mayoría estaban de acuerdo con lo que decíamos. Y es que todxs tenemos corazón. Y mente. Otra cosa es que algunx de ellxs haya cambiado en algo su forma de dar clase a raíz de ver nuestra representación. Porque es bastante fácil darse cuenta de que las cosas van mal cuando van mal; lo difícil es, aunque te lo digan en tu puta cara, cambiar. Tercera lección aprendida.

sábado, 9 de junio de 2007

El Viaje de Momo ( I )

"Hoy os voy a contà la historia de un niño que se llama Momo. Este niño vive en er Mundo der Juego, un mundo donde siempre están jugando. Juegan mientras comen... juegan mientras duermen... siempre siempre siempre están jugando. Y siempre jugando solxs. Y vosotrxs os preguntareis: ¿por qué? Pos porque en este mundo der juego todxs quieren sè los mejores..."

Éste es el inicio de una historia, la historia de un viaje, que antesdeayer, día 7 de junio del 2007, llegaba a su fin. Por lo menos, de momento. Un viaje que ha tenido nueve etapas que nos han llevado de Alcalá de los Gazules a Sanlúcar de Barrameda, pasando por Villamartín y teniendo como centro Jerez de la Frontera. Ciudad ésta donde se sitúa, a parte de un número abundante de bodegas, caballerías y locos por las motos, Madre Coraje, asociación solidaria para la cual hemos desarrollado este trabajo dentro de las semanas de la solidaridad que han venido organizando por distintos coles de la provincia de Cádiz.

Nuestro viaje, el de Acetabulario (asociación de animación sociocultural de la que soy miembro) y, más concretamente, el de Davì y mío, comenzó allá por noviembre del año pasado. Para la primera representación contamos con la colaboración de Trikicai Carlos, malabarista y payaso gaditano que nos ayudó mucho en este difícil principio (como casi todos...). Entre los tres preparamos el guión y la puesta en escena de esta entrega inicial. El colegio Las Granjas, cuya planta es igual a la de tantos otros construídos en los ochenta (como el Picasso de El Ejido, p.e.) nos acogió cariñosamente y nos prestó el porche del patio, escenario, éste, de nuestro desvirgamiento teatril. Apto para todos los públicos... Bueno no, no apto para aquellxs que consideran que si no hay dos metros de separación con el público y unos focos cegadores no se está haciendo teatro... Tres representaciones fueron bastantes... Por lo menos para Carlos... Así que para las posteriores representaciones tuvimos que apañarnos nosotros dos solos, lo cual se terminaría convirtiendo en la norma.

Dos únicos humanoides para representar un guión con seis escenas, cinco personajes, música, malabares... hubo que currarselo, hubo que improvisarselo y hubo que sufrirselo, aunque, SIN DUDA MERECIÓ LA PENA. No sé como explicar cómo y cuándo pasó, pero el guión, los diálogos, los guiños y bromas... todo lo que daba forma al viaje de Momo, dejaron de ser nuestros, nuestras invenciones, y pasaron a ser algo compartido, algo de todas y todos lxs que venían al espectáculo. Y no digo "que venían a ver el espectáculo" porque éste no sólo era un ver, también era un tocar, un reir, un sentir, un gritar, un participar... Y esto ha sido lo que lo ha hecho tan especial: un teatro interactivo que se ha ido construyendo a sí mismo. Me explico. Lo que ayer gritó un niño sobre el Gran Sabio, hoy es la caracterización del Gran Sabio; la forma en que lxs niñxs querían que se resolviera la acción ayer, hoy es la forma en la que se resuelve la acción... lo dicho, se ha ido construyendo fácilmente colectivamente. Y de ahí brota lo aprendido. Incomparable virtud e imprescindible condición para que la creación colectiva tenga lugar: saber escuchar.


sábado, 2 de junio de 2007

Balance culinario del taller de baloncesto 2006/07


Hablando sobre el taller de baloncesto 06/07 del IES Columela en términos culinarios el sabor que me deja es agridulce. O más bien dulciagrio…
Al principio hicimos una buena ensalada, rondando un número de 10 niños motivados y cordiales. ¡Qué salaos! No pudimos enrolarnos en las ligas municipales, así que tratamos de mantener la cohesión con un ambiente lúdico. Nos centramos en el aprendizaje pre-deportivo, en donde primaron el juego y los refuerzos positivos sobre el deporte reglamentario y la disciplina competitiva. Pa no amargarlos, claro. Durante los meses de noviembre, diciembre del 2006 y enero de 2007 ésta fue la receta. Así el menú fue funcionando... hasta que llegó la herizá. ¡¡Demasiaos pinchos!! Principalmente: las obras que han tenido, y siguen teniendo, lugar en el gimnasio y que, mientras se encontró una alternativa, hicieron que nuestra ensalada se fuera quedando sin sabor. Éste hecho, sumado a otros factores como: algunas faltas de asistencia debidas al carnaval y algunas bajas por lesiones y bajo rendimiento escolar (como represalia sus tutores les apartaban del taller) han terminado por hechar a perder el plato. Además creo que el no disponer de material adecuado para sus características físicas (desde las canastas de mini basket, muy importante a estas edades, hasta balones malos o deficientes…) tampoco ha ayudado a fortalecer la motivación de los chavales. Durante los meses de febrero y marzo la asistencia se quedó entre 3 y 5 personas, para pasar desde abril hasta mayo, el final, a sólo venir Dani. Mención especial para él, persona con discapacidad psíquica que siempre ha venido y ha disfrutado del taller. Sin duda, la salsa del taller. No he conseguido prácticamente nada en cuanto al conocimiento del reglamento y fundamentos técnicos, lo cual me pesa, aunque tampoco creo que ésta fuera la necesidad de Dani. Creo que en un grupo de personas con sus mismas circunstancias, o similares, se reforzaría esta área o al menos se equipararía su actitud/capacidad con la de los otrxs miembrxs del equipo. Al tener él una capacidad especial, los demás le daban cuartelillo y él descuidaba su atención en explicaciones y ejercicios, lo cual generaba distorsión. Pero bueno… si él fue la salsa, los otros jugosos ingredientes fueron: Fernando, le gustaba el rollito, comunicativo y cordial, respetuoso, aunque le costaba progresar porque estaba más centrado en lo socio-afectivo, salado; Antonio, el carnavalero, asertivo en toda regla, listo y rápido mentalmente, competitivo, era el que se lo tomaba más en serio, pero empezó a dejarlo con el carnaval y la obra… simpático, salaísimo; Antonio, el moreno, cordial y comunicativo, aunque menos hablador, lo hacía bien, competitividad sana, tenía un coco sano, agradable y risueño, picante; Jorge, se dio de baja por dolor en una pierna, resaltaba por su falta de concentración y dispersión contagiosa, picantón; Juan, le gustaba, era de otro instituto, lo hacía bien, tenía una actitud positiva, atenta, aunque se fue dejando caer… dulce; Antonio, el de fuera, serio, poco hablador, lo hacía bien, pero tenía tendencia a no escuchar, en carnavales le vi y no me conoció… con mucho jugo, aunque le faltan un par de vueltas; Leyner, pensaba que jugando al baloncesto se haría más alto, se quitó cuando se dio cuenta que no sería así, el más joven del grupo, al principio introvertido, aunque se fue soltando, progresó, dulce y salado; Jesús, muy hábil, hablaba poco o nada, , mucha velocidad, fuerza y destreza, aunque escuchaba poco, se quitó y no volvió a aparecer, otro par de vueltecicas; e Iván, simpático, divertido, irónico, un poco ido, le gustaba y se lo tomaba relativamente en serio, progresó, aunque tuvo que dejarlo por un problema físico, sabrosón. Como infiltrado de lujo tuvimos un mes a Pastrana, dicharachero, cordial, respetuoso, jugaba regular, aunque hubiera podido progresar, se quitó porque también iba al futbol, la guindilla.

En fin, una comida sabrosa, aunque algo ligera al final. Quizás si hubieramos participado en la liga municipal se hubiera fortalecido el grupo, por el objetivo compartido de jugar partidos. Aunque quizás hubiera sido peor en el caso de unos posibles malos resultados que terminaran afectando a la motivación de los chavales. ¿Equipo o taller de baloncesto? ¿Cuál es la mejor receta?

"En este país de los viceversa todo es posible, menos tener memoria" Rafael Pérez del Álamo